Fecha: 1993 – 95

Equipo:
Director: David Kullock

Investigadoras:
Andrea Catenazzi
Isabel Topatigh

Institución que acreditó y financió:
CONICET

Presentación de la investigación:
El objeto de estudio fue la intrusión de casas como forma de resolución habitacional, Entre las conclusiones a las que se ha arribado se destacan:

La intrusión es una estrategia adoptada ante el agotamiento e insuficiencia de las restantes estrategias (villas miseria, toma de tierras, hoteles y pensiones, etc.) y surge en consonancia, primero, con la pérdida de legitimidad del gobierno militar y, luego, con la tolerancia del gobierno democrático.

A su vez, está facilitada por la presencia de un importante stock de casas desocupadas en la Ciudad de Buenos Aires.

La intrusión es un fenómeno vinculado al proceso de empobrecimiento económico, generalmente adoptado por familias oriundas de ciudades menores o medios rurales, que deciden trasladarse a la metrópolis ante las dificultades que encuentran sus jefes para ingresar al mundo laboral estable.

Las familias que intrusan viviendas provienen generalmente de situaciones socioeconómicas más estables y de situaciones habitacionales de legitimidad, siendo, en general, familias numerosas conformadas por una pareja de adultos jóvenes y varios hijos menores.

La intrusión se desarrolla en viviendas que presentan abandono manifiesto o alto grado de degradación, dado que se presume que tales características las harán menos reclamables y ampliarán la posibilidad de permanencia. A su vez, generalmente se desarrolla un proceso de mejoramiento del inmueble que, si bien no es el pago de un alquiler, constituye un gasto habitacional real y un valor agregado a la unidad.

En síntesis: la intrusión de casas es una estrategia autogestionaria que responde a una actitud individualista de protección, más afín a un posicionamiento social de clase media que de clase baja. De allí el propósito de simulación de la situación, de ocultamiento de la pobreza y de mimetización con el común de la población que habita el barrio. Consecuentemente, dado el stock de viviendas disponibles, la disponibilidad y voluntad de familias potencialmente ocupantes y la capacidad legal y política del Estado, se podría dar lugar a plantear alternativas de optimización y legalización del fenómeno que viene transcurriendo espontáneamente.